Los expertos proponen eliminar el delito de abuso y que todo ataque sexual sea considerado una agresión, agravada si hubiera penetración
El camino que ha recorrido la controvertida sentencia de La Manada dictada hace poco más de un año y revisada ayer por el Tribunal Supremo ha sido largo ante el clamor social que exigía una revisión del Código Penal. Desde el PSOE asumimos la necesidad de adaptar la tipificación de los delitos sexuales a la realidad social actual, un proyecto que quedó inconcluso con la convocatoria electoral.
El Código Penal establece que un acto contra la libertad o la indemnidad sexual de otra persona sin su consentimiento es un abuso sexual, y que solo si hay violencia o intimidación el delito será de agresión sexual. Una violación, con la ley en la mano, es una agresión sexual con penetración, pero si no se demuestra la existencia de violencia o intimidación a la víctima, quedará en un delito tipificado actualmente como abuso sexual.
En este contexto, cabe señalar que los abusos sexuales están penados con entre uno y tres años de cárcel y si hay penetración, con entre cuatro y 10 años.
Las agresiones sexuales, por su parte, se castigan con penas de cárcel de uno a cinco años. Si se demuestra, además, que hay penetración, la condena será de seis a 12 años, hasta 15 si se trata de actos grupales, contra personas vulnerables o de forma especialmente degradante.
En el caso de los cinco jóvenes sevillanos acusados de haber violado en grupo a una joven en los Sanfermines en 2016, la Audiencia de Navarra estimó que no hubo violencia o intimidación y los condenó a nueve años de prisión por abuso sexual, mientras, el fallo de ayer del Tribunal Supremo elevó ayer la condena a 15 años, estimando que fue una violación múltiple, no un abuso sexual.
Tras la moción de censura y la llegada del PSOE al Gobierno, el proyecto de encargar con urgencia un informe a la Comisión de Codificación, órgano consultivo del Ministerio de Justicia, para revisar el actual Código Penal español para que estuviera a la altura de lo que exige el pueblo, siguió adelante y el pasado diciembre los expertos presentaron un informe que proponía un cambio terminológico de calado: eliminar el tipo de abusos sexuales, de modo que todo ataque sexual sea considerado una agresión. La violación sería una agresión con penetración. Los expertos acordaron mantener en 15 años la máxima condena por un delito de violación, pese a que esa es la pena prevista para un homicidio. Su propuesta es que esa pena máxima solo se aplique si concurren al menos dos de las circunstancias agravantes anteriormente citadas.
Los juristas analizaron también las diferentes circunstancias en las que pueden registrarse las agresiones para evaluar su incidencia en la pena y distinguir, por ejemplo, si una víctima ha tomado alcohol o drogas por voluntad propia o ha sido drogada y su voluntad anulada, lo que aumentaría la responsabilidad del autor.
Sobre la mesa está también la posible limitación de los beneficios penitenciarios que aún están establecidos en estos casos -como los permisos o el tercer grado- a presos por delitos sexuales.
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