Usar la pandemia como excusa para no gestionar no deja de ser un recurso. Hacerlo y que parezca creíble ya necesita de más talento. Vivir políticamente, gracias a la pandemia es todo un arte.
Han pasado meses desde la aprobación definitiva de la ordenanza que salió del Pleno por unanimidad el 14 de noviembre de 2019. Desde entonces y tras su aprobación definitiva, el ayuntamiento estaba obligado a crear una Comisión de seguimiento integrada por dos representantes de la Junta agropecuaria o de los Ganaderos, el Alcalde, dos Concejal@s y el Secretario, a fin de observar la aplicación de la Ordenanza y resolver posibles incidencias.
Hasta la fecha sólo se ha realizado una reunión para la creación de dicha comisión. Primera y única. La excusa: la pandemia. Sin embargo se han realizado reuniones de concejales, Plenos, ya están abiertos los bares e incluso se puede ir al cole. Pero terminar de implantar la Comisión de la ordenanza, no.
Para colmo, con lo que cuesta hacer arrancar a este equipo de gobierno, los plazos se solapan y ya estamos cerca de tener que pedir el primer informe sobre esta ordenanza. Sí, señores y señoras, según la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas además de informar del deber de revisar de forma continua la adaptación de la normativa a los principios de buena regulación, se impone la obligación de evaluar periódicamente la aplicación de las normas en vigor, con el objeto de comprobar si han cumplido los objetivos perseguidos. ¿Cómo vamos a valorar si la ordenanza ha cumplido los objetivos si, parte de ella, todavía está en el limbo? ¿Esperamos a ver si la legislatura próxima hay más eficiencia en el ayuntamiento?
El problema de fondo, ya tratado en el último Pleno es la poca capacidad de gestión. Ya hemos indicado antes que deberían llegar a un acuerdo de gobierno con Cs de forma similar a la existente en Diputación y Junta de Comunidades. Serían cinco concejales, uno de ellos con experiencia de alcaldía y no es justo para la ciudadanía de Peñaranda que, por tener la mochila llena de prejuicios, nos veamos condenados a la inactividad.
En definitiva, nuestro Grupo no comprende la tardanza en la constitución de la Comisión determinada en esta ordenanza, no comprende la ausencia de reuniones en lugares preparados para ello y en grupos con las condiciones de seguridad pertinentes, no comprende que sean reacios a trabajar codo con codo con sus iguales como hacen en otras instituciones para salir del atolladero donde su nula capacidad de gestión nos está llevando. Por ese mismo motivo, y porque un servidor se niega a ser cómplice de esta actitud, no aceptaré la petición de ser miembro de la Comisión indicada, dejando la puerta abierta a que se integre un concejal del equipo de gobierno actual o uno del equipo de gobierno ampliado a cinco si son conscientes de la imposibilidad de terminar de esta forma la legislatura.
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